El hidrógeno verde es una fuente de energía limpia y renovable que se obtiene a partir de la electrólisis del agua, utilizando electricidad generada por fuentes como la solar o la eólica. El hidrógeno verde tiene el potencial de reducir las emisiones de gases de efecto invernadero y contribuir a la transición energética hacia una economía baja en carbono.
México es uno de los países que ha mostrado interés en desarrollar esta tecnología, tanto para su consumo interno como para su exportación a mercados como Estados Unidos o Europa. Sin embargo, para lograrlo se requiere una inversión significativa en infraestructura, investigación y desarrollo, así como en políticas públicas que incentiven su producción y uso.
Según un estudio realizado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), México requeriría recursos por 60,000 millones de dólares para producir hidrógeno verde a gran escala y convertirse en un actor relevante en el mercado global. Esta cifra incluye la instalación de 50 gigavatios de capacidad eólica y solar, así como de plantas de electrólisis, almacenamiento y transporte de hidrógeno.
El estudio también señala que México podría generar beneficios económicos, sociales y ambientales al apostar por el hidrógeno verde, tales como la creación de empleos, el fortalecimiento de la competitividad industrial, la diversificación de la matriz energética y la reducción de la dependencia de los combustibles fósiles.
Para alcanzar estos objetivos, el estudio recomienda que México desarrolle una estrategia nacional de hidrógeno verde que involucre a los sectores público y privado, así como a la sociedad civil y a los organismos internacionales. Asimismo, sugiere que se establezcan alianzas estratégicas con otros países productores y consumidores de hidrógeno verde, especialmente con Estados Unidos, que es el principal socio comercial de México y que también tiene planes ambiciosos en este ámbito. Blog – OISE Leer más